Tiene la figura de una mujer hermosa, sensual, de penetrante mirada y agresiva actitud. Vive rodeada de culebras que semejan bejucos, camuflada en lo más oscuro de la selva, atalayando a los hombres para embrujarlos con su mirada, atraerlos hacia ella y satisfacer sus apetitos sexuales. Dicen además, que era una mujer infiel a su esposo, quien al encontrarla con otro hombre, le cortó una pierna y se la entregó a su amante, luego la tomó, la llevó al centro de la selva y allá la dejó abandonada para que muriera lentamente y pagara por su infidelidad. (Tomado del libro Mitos, Leyendas y Costumbres de los Andes Huilenses de Bolívar Sánchez Valencia.)